Este artículo tiene como origen un comentario dejado en este post, que cuenta la historia y mitos del horno microondas, sobre si es cierto que un microondas está mal sellado cuando al meter un teléfono móvil dentro, éste tiene cobertura.
Compruebo que el rumor está más extendido de lo que me imaginaba.
Se afirma que si introducimos un teléfono móvil dentro de un microondas y cerramos la puerta, al llamarlo desde otro teléfono, no debería sonar. Es decir, si el microondas está correctamente aislado, dejaría al móvil sin cobertura.
La frecuencia a la que trabaja el microondas es de 2.4 Ghz. El horno microondas está blindado para esta frecuencia, simplemente para que las microondas reboten y sea eficiente. Los móviles usan una frecuencia de 850, 900, 1.800 ó 1900 Mhz., dependiendo del tipo de red a la que estemos conectados. Así, es posible que alguna señal sea detenida por el blindaje del microondas pero no todas.
Las frecuencias que no debería dejar escapar el microondas son las cercanas a 2.4Ghz (a la que hemos comentado que trabaja el microondas), el resto no debería importar.
Para comprobar el hermetismo del microondas, sería quizás necesario introducir un aparato que emitiese a una frecuencia de 2.4Gz, como algún dispositivo wifi o Bluetooth, y ver si puede conectar con el exterior.
Para evitar que escape radiación hacia el exterior, los espacios no metálicos únicamente deben ser menores a la longitud de onda (pero da igual en qué número).
Es decir, que si un microondas funciona a 2.4Gh, su longitud de onda será de 3*108/(2.4*109) = 0.125 metros, lo que es lo mismo, 12.5 cm.
Esto quiere decir que, en teoría, cualquier agujero menor de 12.5 centímetros no dejaría pasar las radiaciones electromagnéticas.
Para que una caja esté totalmente aislada debe de ser de metal completamente. Esto no ocurre en los microondas, puesto que para permitirnos ver los alimentos que estamos cocinando, dispone de una “ventana” con líneas metálicas.
Esas lineas metálicas, separadas entre sí un determinado número de veces la longitud de onda de las ondas del horno microondas, intenta conseguir el mismo efecto que una pared metálica.
Los bordes de la puerta del horno microondas están diseñados para atenuar la frecuencia a la que trabaja, 2,4 GHz. Por ello, debe ser irrelevante que pueda penetrar algún tipo de onda con una frecuencia mayor, como es el caso de las empleadas en telefonía. Aunque un sellado más hermético del horno sí evitará que estas ondas accedan al interior.
Hay que tener en cuenta también que los teléfonos móviles poseen pequeños amplificadores para poder captar ondas GSM muy débiles.
Lo verdaderamente importante es que no "escapen" ondas del interior. Podríamos colocar un vaso de agua junto al microondas (por fuera) y comprobar si éste se calienta. Si no es así, el horno está perfectamente sellado.
El comportamiento de la puerta de un microondas no es el de jaula de Faraday, sino que se diseña para atenuar en gran medida (de 50 dB en adelante) la frecuencia de funcionamiento del microondas.
El simple grosor de la puerta hace que la potencia que pueda llegar fuera sea totalmente despreciable.
Compruebo que el rumor está más extendido de lo que me imaginaba.
Se afirma que si introducimos un teléfono móvil dentro de un microondas y cerramos la puerta, al llamarlo desde otro teléfono, no debería sonar. Es decir, si el microondas está correctamente aislado, dejaría al móvil sin cobertura.

La frecuencia a la que trabaja el microondas es de 2.4 Ghz. El horno microondas está blindado para esta frecuencia, simplemente para que las microondas reboten y sea eficiente. Los móviles usan una frecuencia de 850, 900, 1.800 ó 1900 Mhz., dependiendo del tipo de red a la que estemos conectados. Así, es posible que alguna señal sea detenida por el blindaje del microondas pero no todas.
Las frecuencias que no debería dejar escapar el microondas son las cercanas a 2.4Ghz (a la que hemos comentado que trabaja el microondas), el resto no debería importar.
Para comprobar el hermetismo del microondas, sería quizás necesario introducir un aparato que emitiese a una frecuencia de 2.4Gz, como algún dispositivo wifi o Bluetooth, y ver si puede conectar con el exterior.
Para evitar que escape radiación hacia el exterior, los espacios no metálicos únicamente deben ser menores a la longitud de onda (pero da igual en qué número).
Es decir, que si un microondas funciona a 2.4Gh, su longitud de onda será de 3*108/(2.4*109) = 0.125 metros, lo que es lo mismo, 12.5 cm.
Esto quiere decir que, en teoría, cualquier agujero menor de 12.5 centímetros no dejaría pasar las radiaciones electromagnéticas.
Para que una caja esté totalmente aislada debe de ser de metal completamente. Esto no ocurre en los microondas, puesto que para permitirnos ver los alimentos que estamos cocinando, dispone de una “ventana” con líneas metálicas.
Esas lineas metálicas, separadas entre sí un determinado número de veces la longitud de onda de las ondas del horno microondas, intenta conseguir el mismo efecto que una pared metálica.

Los bordes de la puerta del horno microondas están diseñados para atenuar la frecuencia a la que trabaja, 2,4 GHz. Por ello, debe ser irrelevante que pueda penetrar algún tipo de onda con una frecuencia mayor, como es el caso de las empleadas en telefonía. Aunque un sellado más hermético del horno sí evitará que estas ondas accedan al interior.
Hay que tener en cuenta también que los teléfonos móviles poseen pequeños amplificadores para poder captar ondas GSM muy débiles.
Lo verdaderamente importante es que no "escapen" ondas del interior. Podríamos colocar un vaso de agua junto al microondas (por fuera) y comprobar si éste se calienta. Si no es así, el horno está perfectamente sellado.
El comportamiento de la puerta de un microondas no es el de jaula de Faraday, sino que se diseña para atenuar en gran medida (de 50 dB en adelante) la frecuencia de funcionamiento del microondas.
El simple grosor de la puerta hace que la potencia que pueda llegar fuera sea totalmente despreciable.